Quiero dar las gracias por lo que tengo y no pedí a
mis cinco sentidos que
Dios me regalo.
Dios me regalo.
La vista me la regaló para ver todo lo que la vida nos
da bueno y malo pero
que hay esta, y digo para ver por qué no es lo mismo ver que mirar.
que hay esta, y digo para ver por qué no es lo mismo ver que mirar.
El oído me lo regaló para escuchar los llantos, las
risas y las palabras
de los demás y digo escuchar por que no es lo mismo oír que escuchar.
de los demás y digo escuchar por que no es lo mismo oír que escuchar.
El olfato me lo regaló para oler, el aroma de las
flores, los perfumes y
mucho más, pero también se puede olfatear mucha miseria, y por eso no es
lo mismo oler que olfatear.
mucho más, pero también se puede olfatear mucha miseria, y por eso no es
lo mismo oler que olfatear.
El gusto me lo regaló para distinguir lo dulce de
lo amargo y comprobar
que en vida hay situaciones dulces y amargas y que no es lo mismo
el gusto que gustar.
que en vida hay situaciones dulces y amargas y que no es lo mismo
el gusto que gustar.
El tacto me lo
regaló para poder palpar y trabajar, para poder sentir
al hacer caricias y tocar, porque no es lo mismo tocar que acariciar.
al hacer caricias y tocar, porque no es lo mismo tocar que acariciar.
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